domingo, 4 de noviembre de 2012

Sinsabores

No se muy bien ya a que dedicarme. Resulta que han sacado Ubuntu 12.10 hace casi 20 días y yo ni me había enterado. La verdad es que ya no estoy tan pendiente de ello como antes, porque antes cada nueva versión implicaba mejoras considerables. Ahora cada nueva versión se convierte en una catástrofe. Pero bueno como tenía tiempo libre me propuse actualizar. Si, digo actualizar, porque se supone que hay un asistente para actualizar de una versión a otra que debería funcionar a la perfección. Pero ya tengo visto que no, hacerlo así te arruina el sistema. Errores que me he encontrados son pocos pero extraordinariamente molestos. Por ejemplo que nada más terminar la instalación y reiniciar el ordenador, me quede sin grub y sin poder entrar en ninguna parte. Esto ya se me está haciendo demasiado habitual.

La mejor solución para quien le pase es hacer un usb arrancable con la mini distribución boot-repair, o si se dispone de ubuntu en un pendrive, arrancar en modo live cd y desde alli ejecutar boot-repair. Pero ojo, si tienes instalado Ubuntu de 64 bits tienes que utilizar un live cd de 64 bits, si no no hay nada que hacer ni en un caso ni en otro. O de 32 en caso contrario. Bueno esta simple bobadita me hizo perder la mañana entera, suerte que tengo portátil con el que salir del aprieto, si no no se que habría hecho.
Por otro lado, Unity, que nunca me ha gustado en exceso, cada vez veo que me consume más recursos y me va peor. No doy crédito la cantidad de Ram que me está utilizando Ubuntu sin casi ninguna aplicación abierta. Yo hace tiempo que me cambié a Gnome-shell, que tampoco es ninguna maravilla, pero me gusta más y me va mejor. Por supuesto Ubuntu te vuelve a establecer el arranque por defecto en Unity, aunque se trate solamente de una actualización, hay que volver a hociconear.
Y ya la maravilla que me faltaba por ver es que no solo el sistema me es absolutamente inestable, si no que encima no puedo abrir mi perfil de Google Chrome ni tampoco instalarlo de nuevo.

Total que después de 2 dias de actualizar me va a tocar instalar desde cero, que es lo que debería haber hecho. Solo espero que estos problemas se arreglen después de hacerlo. Aunque me temo que el escandaloso consumo de recursos no va a bajar.

Pero bueno, estaba yo ya tan encabronado, que hice lo que creí que no haría jamás. Comprarme la actualización a Windows 8 por 29 pavos. Por ese dinero si que compro un sistema operativo. Pero más aún cuando funciona tan fantásticamente bien. En el mismo equipo que Ubuntu me va cada vez peor, Windows 8 va increíblemente fluido. Instalación sencilla y bastante rápida y "todo" queda funcionando a la primera. Casi todo debo decir, puesto que no consigo tener sonido. No me detecta la salida de audio analógico correctamente o algo así, únicamente las salidas de audio digital y HDMI. Es cosa de investigarlo o instalarle los drivers de la placa base en lugar de los que coge por defecto.

Pero la nueva interfaz tengo que reconocer que me fascina en cuanto a sencillez y limpieza, y además velocidad. Lo cual no quita que de fondo puedas acceder a todas las opciones tradicionales de configuración o panel de control, que están bastante accesibles. Ojala todas las aplicaciones saquen pronto su versión con esta nueva interfaz que es tan agradable y tan sencilla de utilizar.

Así que ahora estoy entre dos mundos, arrancando unos ratos uno y otros otro. Y temo que esta vez Windows haya ganado la partida.

No hay comentarios: